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LUCHEMOS HASTA CAMBIARLO TODO

La reforma educativa: ¿Nuevo marco curricular?, la mercantilización de la educación como método, los lineamientos Eduy 21, el seguidismo burócrata al FA y las perspectivas de lucha para resistir

-Por Jerónimo Esteves-

En el ámbito educativo se ha instalado el debate sobre el “Marco Curricular Nacional”, un proyecto de reforma educativa hecho a medida para la burguesía.  El documento fue presentado ante los trabajadores en una Asamblea Técnico Docente (ATD) convocada de forma extraordinaria para la misma fecha en todos los subsistemas y con menos de una semana de antelación, lo que provocó una catarata de quejas y reclamos más que justificados. La señal es clara, a pesar de que es un documento preliminar y se supone está en proceso de discusión, la idea de las autoridades de la ANEP no es darle demasiada importancia al análisis ni al intercambio con el cuerpo docente.

El texto es bastante redundante y carente de contenido teórico, pero evidencia una visión netamente mercantil de la educación. Hace énfasis en el desarrollo de un sistema de evaluación por competencias y básicamente en cómo satisfacer las “demandas” del mercado laboral capitalista por sobre todas las cosas. Los dueños de los medios de producción no tienen ningún tipo de interés en el pleno desarrollo y bienestar de las personas, por el contrario, buscan la complicidad del Estado para exprimir a la clase trabajadora de la manera más eficiente posible y así incrementar sus ganancias. Este tipo de propuestas no son nuevas en el mundo sino que acompasan el desarrollo natural del capitalismo, poniendo todo el sistema educativo a disposición del capital para crear peones calificados para desarrollar sus labores, pero cada vez más alienados y carentes de sentido crítico.

Si bien se sobreentiende que por la característica neoliberal del actual gobierno esta reforma implica una fuerte embestida de la burguesía sobre nuestras condiciones de estudio y trabajo, lo cierto es que cuesta mucho separarla de las políticas educativas llevadas adelante en las últimas décadas, al menos desde la reforma de Rama hasta la actualidad.

La línea Eduy 21

Gran parte de esta reforma, así como las decisiones que ha tomado esta administración, ya habían sido plasmadas en las propuestas de Eduy21: un grupo de “expertos”, en su mayoría egresados de universidades privadas, que sigue al pie de la letra las recomendaciones del Banco Mundial y que contó con el apoyo de la mayoría de los sectores parlamentarios. Incluso uno de los posibles candidatos del progresismo para las próximas elecciones nacionales, Yamandú Orsi, manifestó a través de Twitter que en Eduy21 “hay buenas ideas”, tras participar de su presentación oficial en el Palacio Legislativo.

Existen varias muestras de la tendencia privatizadora y mercantilizadora de la educación en los últimos tiempos. Recientemente hemos visto como una parte del nefasto acuerdo ROU-UPM, nuestro país se obligaba a acondicionar las Escuelas Técnicas de Paso de los Toros, Durazno y Tacuarembó en función de las necesidades de la multinacional, comprometiéndose además a adaptar las políticas educativas a su conveniencia. Mientras tanto la Fundación UPM recorría las escuelas de la zona promoviendo “sus buenos valores” y “las bondades del modelo forestal”.

Hace algunos años comenzó a funcionar la Universidad Tecnológica (UTEC) en el interior del país. Una Universidad financiada por capitales nacionales, internacionales y el Banco Interamericano de Desarrollo, que rompe con el esquema de autonomía y co-gobierno de la Universidad de la República. En la ley de creación de la UTEC se prevé la conformación de un Consejo Directivo Central para su gobernanza, que además de representantes de los trabajadores, trabajadoras y estudiantes, incluye al sector empresarial. Por supuesto que el aporte de fondos privados estaba totalmente condicionado a permitir la injerencia de las empresas en la conducción de la Universidad. Incluso algunas personalidades del Partido Nacional han manifestado que intentarán modificar esta ley en el parlamento para eliminar definitivamente la participación de los sindicatos y estudiantes en dicho Consejo.

La ley de Participación Público Privada (PPP) ha cobrado una enorme relevancia en la educación. Existen varias licitaciones vigentes para la construcción de cientos de centros educativos mediante esta modalidad. Esto implica la firma de contratos a 20 o 30 años donde la ANEP encomienda la financiación, gestión y mantenimiento de la infraestructura de estos centros a capitales privados, comprometiéndose a otorgarles una retribución económica durante todo el período contractual. Obviamente esto es un negocio muy atractivo para el sector empresarial, que percibirá en ese lapso de tiempo mucho más ingresos en comparación con lo invertido, sin contar otros beneficios como las exoneraciones tributarias. Pero la mayor problemática es que las PPP no se limitan únicamente a la infraestructura.

Estos edificios se están creando sin destinar presupuesto para su funcionamiento, lo que garantiza que todo el personal de gestión, limpieza y mantenimiento será tercerizado. Actualmente muchos compañeros y compañeras auxiliares y de portería tienen este tipo de contratos precarios, lo que implica que al Estado le cueste más dinero pagar a una empresa por el servicio que ingresar a una persona en el escalafón correspondiente, mientras además el trabajador o trabajadora percibe un salario verdaderamente miserable. Algunas cuestiones legales no permiten que suceda lo mismo con el sector docente por el momento, pero no sería para nada descabellado pensar que en un futuro cercano este sector se vea en la misma situación.

La mesa está servida

Este preámbulo le vino como anillo al dedo al actual gobierno. Con la privatización totalmente naturalizada por los sectores de la izquierda reformista, parece haber terreno fértil para dar un paso más en este sentido. De primera mano se incluyó en la Ley de Urgente Consideración una batería de artículos referidos a la educación que allanaron el camino para dar comienzo a la reforma. El Marco Curricular Nacional no es más que la profundización descarada de la mercantilización de la educación. La complicidad de las mayorías de la Convención Nacional de Trabajadores con el Frente Amplio nos ha llevado a postergar la lucha por los verdaderos intereses de la clase trabajadora y nos ha colocado como furgón de cola de su agenda política.

En las cúpulas de la mayoría de los sindicatos de la enseñanza, también permeadas por el discurso de la conciliación de clases, no parece existir un plan táctico para enfrentar la reforma. El haber llevado todas las discusiones al marco de la tolerancia y el “cuidado de los valores democráticos” hizo que se generen discursos plagados de contradicciones, que ni siquiera se plantean la posibilidad de resistir estos embates con lucha. El gobierno sigue arremetiendo con una fuerte persecución anti-sindical, mientras quienes deberían estar encabezando la contraofensiva parecen estar totalmente empantanados en sus prácticas burocráticas.

Por otro lado, existe una gran tendencia a institucionalizar los reclamos, promovida por las autoridades y reivindicada por varios sectores sindicales. Es así como muchas veces se termina dando demasiada relevancia a los órganos “consultivos”, como pueden ser las ATD. Se ha generado la falsa idea de que estos mecanismos, que las autoridades utilizan para aparentar que existe un intercambio real con los trabajadores docentes, pueden ser utilizados para torcer su voluntad. Una muestra del poco peso que tiene la opinión de los trabajadores y trabajadoras en estas instancias fue la reformulación del programa de Formación Profesional Básica de UTU, planteada a fines del año pasado. La misma fue rechazada por amplia mayoría en la ATD pero pese a ello, se llevó adelante sin escrúpulos por parte de las autoridades.

En un marco similar a lo que ocurre con las ATD, aparece una nueva estrategia de las autoridades para esconder su carácter autoritario a la hora de emprender esta reforma. Se lanzaron encuestas virtuales dirigidas a estudiantes y docentes con un sinfín de preguntas tendenciosas y extremadamente simplificadas como: “¿Te parece importante tener asignaturas como Historia, Literatura, Biología, Física, etc.?”. Además aclaran que estas encuestan forman parte de lo que ellos denominan el “proceso de transformación curricular integral”, que involucra no solo a trabajadores y estudiantes sino también a las cámaras empresariales. Es muy fácil imaginar cual de todas las opiniones tendrá más peso al finalizar la consulta.

Encender la llama

Si bien es necesario demostrar nuestra disconformidad en todos los ámbitos posibles, y es muy válido expresarla en espacios como las ATD, debemos encontrar la forma de que el reclamo trascienda la institucionalidad burguesa y se haga carne en las calles. Ninguna lucha se ganó dentro del horario laboral ni completando formularios desde el sillón de nuestras casas. Todas las conquistas de la clase trabajadora se lograron con movilizaciones, piquetes, ocupaciones y huelgas.

En el mes de mayo se desarrollaron varias movilizaciones estudiantiles, incluyendo una ocupación en conjunto entre los gremios de formación docente y la Unión de Funcionarios de Codicen, obteniendo importantes logros para trabajadores y estudiantes. Debemos replicar estas experiencias y retomar las prácticas históricas de nuestro movimiento sindical, con una perspectiva clasista que permita anteponer los intereses de los trabajadores y trabajadoras a los de cualquier partido político. La alianza obrero-estudiantil fue y será fundamental para la resistencia.

El martes 15 de junio se realizará una movilización nacional de la educación en el marco de una nueva rendición de cuentas. Es fundamental que esta medida no quede en un hecho aislado y se pueda diagramar un plan de lucha que permita ver más allá de la lucha presupuestal y otros objetivos puntuales. Tenemos la impostergable tarea de colocarnos a la ofensiva de una vez por todas, para eso es necesario propiciar la participación de las bases y enfocarnos en desarticular al enemigo de clase. ¡Que la bronca y la indignación se transformen en organización! ¡Luchemos hasta cambiarlo todo!