Menú Cerrar

Luchar, crear, poder popular

La política de Miguel Enríquez y el MIR chileno  en el proceso revolucionario de Chile y Latinoamérica de los años 60’ y 70’

-Por Iván Lovrich-

El pasado 5 de octubre se cumplieron 46 años de la caída en combate del político revolucionario chileno Miguel Enríquez. Recordamos la vida del compañero y de su organización política con la certeza de que su ejemplo contribuirá a la elaboración de un proyecto político revolucionario en toda nuestra América.

Miguel Enríquez fue miembro fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y desde el año 1965 fue su Secretario General, con 23 años de edad. Dos años después, en su tercer Congreso, el MIR presenta una transformación fundamental pasando de ser movimiento a partido político revolucionario.

Bajo la presidencia de Frei en Chile y hasta 1970, el partido es duramente perseguido por el gobierno y sus fuerzas de seguridad. Gobierno que contaba, como todos los de la región, con el apoyo irrestricto de las agencias de seguridad estadounidenses para perseguir y eliminar cualquier vestigio de una política transformadora.

Política de Masas

El MIR creó a lo largo de su historia una serie de Frentes de Masas que le permitió desarrollar su política en los distintos frentes populares. Es desde allí que se creó el Movimiento de Pobladores Revolucionarios (MPR), el Movimiento de Campesinos Revolucionarios (MCR) y el Frente de Trabajadores Revolucionarios (FTR). Por otro lado, desde 1972 desde el MIR se impulsó la creación de los Comandos Comunales.

Según el órgano de prensa del MIR, Marxismo y Revolución, el FTR cumplía la función de aglutinar en su interior “a los obreros industriales, así como a los trabajadores intelectuales y manuales urbanos. Sus plataformas de lucha están planteadas de acuerdo a los problemas específicos de la actividad laboral de sus integrantes y encaminadas a la formación política de los sectores revolucionarios de los trabajadores chilenos que se organizan para impulsar desde el seno mismo del movimiento obrero la lucha por la consecución de los objetivos históricos del proletariado: la conquista del poder, para instaurar un gobierno obrero y campesino, que destruya el régimen capitalista y haga posible el inicio de la construcción del socialismo en Chile (…) y, a través de él, la sociedad sin clases del comunismo»[*].

La política desarrollada por el FTR dentro de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) chilena podría resumirse en uno de los puntos de su programa presentado ante el congreso de dicha central: «En relación al área de propiedad social, el FTR plantea la necesidad de que la CUT luche por lograr expandirla al máximo, entendiendo que esto es un paso positivo e indispensable para que las fábricas, fundos y riquezas del país empiecen a servir a los intereses de todo el pueblo. De ahí, concretamente, el FTR exige la expropiación sin pago de todas las propiedades norteamericanas que operan en Chile; de todas las grandes empresas y monopolios (…) de todos los bancos, compañías de seguros, todo el comercio exterior y los monopolios de comercialización interna y externa (…) de todas las empresas que realicen boicot o despidos arbitrarios y de todas las empresas periodísticas privadas de prensa, radio, cine y televisión y las de publicidad comercial.” [**]

Por otro lado, cabe destacar brevemente el lugar dentro de la visión política de los llamados Comandos Comunales. Estas organizaciones servían como lugar de coordinación de pobladores, estudiantes, campesinos, obreros y profesionales de distinto tipo, encontrándose para coordinar acciones a emprender en las comunas, para vigilar el sabotaje, asegurar la distribución de alimentos y bienes, así como también el transporte dentro  de cada comuna. Es decir, ejercer poder dentro del territorio. La mirada del MIR era de potenciar estos espacios y que fueran espacios de poder que pudieran crecer en contraposición al poder estatal. Sin embargo, desde distintos sectores, entre ellos desde el Partido Comunista, se veía como central que el Estado interviniera en este tipo de organizaciones y “coordinara acciones”.

Las relaciones internacionales

En el marco regional, la política del MIR era de acercamiento con otras organizaciones Revolucionarias. Se creó el Coordinador con el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo, de Argentina, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, de Uruguay y el Ejército de Liberación Nacional, de  Bolivia.  La creación de esta coordinadora de organizaciones políticas revolucionarias merece un análisis pormenorizado, puesto que brindaba asistencia recíproca para las organizaciones que la conformaban y ensanchaba las posibilidades de acción de las organizaciones, ya que si funcionara adecuadamente podría pensarse en acciones de mayor escala.

Tanto el MIR como el Coordinador desplegaron también diversas campañas políticas de distinto tipo, mayoritariamente en Europa buscando financiamiento, como también haciendo alianzas con organizaciones como en el caso de Argelia donde formaron parte del proceso vivido allí. Por otro lado, es conocido que tanto Miguel Enríquez como otros dirigentes del MIR viajaron reiteradas veces a Cuba para formarse y coordinar en la tierra que servía de faro político revolucionario para nuestra América.

La política para con la Unión Soviética (URSS) era como en el caso del Che Guevara: un apoyo crítico. No había una alabanza dogmática a las políticas desarrolladas por la URSS, sino que su política era analizada críticamente. De hecho, en el caso de la invasión de la URSS a Checoslovaquia el MIR fue muy crítico al respecto.

El MIR y el gobierno de Unidad Popular       

Con la llegada del gobierno de Salvador Allende comenzó una nueva etapa para el movimiento político, que pudo salir de la clandestinidad pero que debió combatir políticamente con la Unidad Popular (UP). La política reformista del gobierno y sus métodos apegados a las instituciones eran considerados por el MIR como un error estratégico/táctico. Pese a esto, de igual manera existieron relaciones entre el MIR y Allende, brindándole un servicio de seguridad para el líder de la UP durante su campaña política.

La política de alianzas llevada adelante por la UP con sectores de la iglesia católica, sectores burgueses y algunos sectores militares, merecieron críticas muy amplias por parte de los dirigentes del MIR. La unidad para el MIR sería únicamente de clase y con los sectores en lucha. Para los revolucionarios del MIR dichas alianzas llevadas adelante por la UP hacían imposible un proyecto verdaderamente transformador.

Pese a esto, la tarea central tanto para el MIR como para Miguel Enríquez, sobre todo una vez caído Allende, era la de convencer a los compañeros que seguían una línea reformista, de que la política adecuada era la revolucionaria y que debían sumarse a la causa. Esto hecho desde el respeto y con una paciencia absoluta, pero sin dejar de señalar los desatinos de la línea reformista.

Una vez llegado el Golpe de Estado en Chile, se dice que el MIR ofreció ayuda a Salvador Allende para sacarlo del Palacio de la Moneda, para que luego desde la clandestinidad Salvador pudiera seguir trabajando en la dirección de la resistencia al golpe. Según la hija de Allende la respuesta de su padre fue negativa y en esa comunicación le habría respondido a Enríquez: “Ahora te toca a ti, Miguel”.

El 5 de octubre de 1974 cayó Miguel Enríquez fruto de una emboscada en su casa organizada y ejecutada por la Agencia Nacional de Inteligencia chilena. Por todos los medios intentó que su compañera embarazada escapara y luego escapar él, pero fue abatido por una bala enemiga.

Con estas páginas intentamos no solo recordar al compañero Miguel, sino además esbozar algunas líneas sobre las distintas políticas desarrolladas por el MIR chileno, intentado de esta forma que las compañeras y compañeros lectores tomen contacto con dicha experiencia y que éste artículo sea un primer puntapié para el estudio que estas experiencias se merecen.

Fuentes:

[*]Marco Antonio Gramegna y Gloria Rojas, «La izquierda revolucionaria en la lucha política e ideológica actual, «Marxismo y Revolución” (julio – septiembre de 1973), p. 134. Extraído de: https://web.uchile.cl/vignette/cyberhumanitatis/CDA/texto_simple2/0,1255,SCID%253D6783%2526ISID%253D374,00.html#_edn5

[**] El Rebelde, Santiago, año VI, número 16, 8 al 15 de febrero de 1972, p. 4. Extraído de: https://web.uchile.cl/vignette/cyberhumanitatis/CDA/texto_simple2/0,1255,SCID%253D6783%2526ISID%253D374,00.html#_edn5

[***] Miguel Enríquez, 30 años después. Nestor Khoan. https://rebelion.org/miguel-enriquez-treinta-anos-despues/