8 de octubre
-Por La Senda-
Estamos ante un nuevo aniversario de la caída en combate de Ernesto Che Guevara ocurrida en Bolivia. Numerosos artículos de opinión y recordatorios de diverso tipo suelen aparecer por estas fechas, algunos deciden recordar su fecha de muerte, el 9 de octubre, nosotros y nosotras preferimos recordar su último día en combate, el 8 de Octubre.
Mucho se habla sobre el Che, pero hay quienes nos sigue pareciendo que no lo suficiente o no de la manera que creemos habría que hacerlo. A menudo al comenzar a pensar en estas fechas surge la interrogante: ¿de qué sirve recordar a los compañeros que nos antecedieron? En cada momento histórico será distinta la función de recordar a las y los compañeros que intentaron cambiar la sociedad enferma en la que habitamos. Hoy el desconcierto abunda y se vuelve importantísimo revistar la práctica de los compañeros para poder aprender de sus aciertos y errores. Intentar superar sus falencias en un sentido histórico, es nuestro deber.
El Che tuvo la humildad de estudiar hasta el cansancio. Estudió economía, historia, filosofía, mientras estaba en medio de la guerra y durante toda su vida. Esto nos habla de la importancia del estudio a la hora de elaborar una estrategia revolucionaria y también a la hora de desplegarla.
Muchas veces se escucha entre compañeras y compañeros valiosos que antes de desplegar una estrategia verdaderamente potente hay que estudiar mucho y no podemos llevarle la contraria. Sin embargo, no hay que olvidar que no contamos únicamente con nuestros conocimientos sino que las distintas trayectorias de nuestros compañeros y compañeras nos nutren y enseñan. Así como el Che estudió también lo hicieron sus compañeras y compañeros, pero no detrás de cuatro paredes y de espaldas a lo que sucedía en nuestra América y el Mundo, sino que intentando en todo momento hacer dialogar la letra fría con su práctica, su realidad y sus necesidades.
Al mismo tiempo que recordamos esto en un nuevo 8 de Octubre, se nos inunda la mente de otros recuerdos importantes para los militantes de hoy. Se nos viene a la cabeza la caída en combate del eterno dirigente del MIR chileno, Miguel Enríquez, en Octubre del 74 a manos de la reacción. Aquel Miguel tan poco nombrado y que tiene tanto por enseñarnos, nos dejó una de esas frases que quedó para la historia. Decía: “Todo aquel que dispare contra el pueblo será considerado históricamente como asesino del pueblo, tenga o no tenga uniforme”
Aquellos que nacimos en las costas del Río de la Plata, también tenemos muy presente estas fechas en nuestro calendario. El 8 de octubre de 1969, a un año de la caída del Che, se produce la toma de la ciudad de Pando por parte de militantes del MLN, donde morirían Alfredo Cultelli, Jorge Salerno y Ricardo Zabalza bajo el fuego enemigo.
A la hora de recordar a éstos y otros compañeros se suele caer en dos posturas: solo remarcar los errores que cometieron o tratarlos como héroes sin más miramientos. En cuanto al primer equívoco de remarcar solamente los errores que cometieron estos grandes compañeros, está bien hacerlo, hay que hacerlo si queremos construir un proyecto superador, pero siempre con el cuidado que merecen compañeros que ingresaron en las páginas de la historia revolucionaria de nuestro continente. Entendamos que mientras ellos ya dejaron su vida por el cambio social, nosotros seguimos aquí muchas veces sin habernos jugado demasiado. Tratarlos como héroes a secas tampoco sirve de nada y probablemente también pueda considerarse una falta de respeto para con ellos, pues para hacerlo se suele vaciar de contenido a sus figuras.
Por lo tanto, ante un nuevo 8 de octubre recordamos al Che Guevara como uno de los compañeros que supo construir un proyecto revolucionario y que dejó la vida para que éste se ponga en práctica. También recordamos a los caídos de Pando, que en contra de un cuerpo profesional de policías y militares intentaron lo imposible. Por último, recordemos a Miguel Enríquez, así como al resto de los y las compañeras que dejaron su vida en esta terca tarea de combatir las injusticias de nuestro mundo podrido.