Nació en Madrid en 1889 en una familia de obreros. En 1900 desembarcó con su madre en el puerto de Buenos Aires empujadas por la carestía de la vida en la capital española. Al llegar, enseguida empezó a trabajar y a frecuentar asambleas y reuniones de carácter social y obrero. Rápidamente se identificó con el ambiente y la ideología de la época y comenzó a aprender por su cuenta a leer y a escribir.
Su primer bautismo de sangre fue el 1º de Mayo de 1904, en el mitin organizado por la Federación Obrera Regional Argentina (F.O.R.A) junto con el Partido Socialista. Antes de que los oradores pudieran hablar, la policía desplegó una dura represión atacando a los manifestantes con balas.
En los primeros meses de 1907, junto con María Collazo, Virginia Bolten, Teresa Caporaletti y otras compañeras, organizaron el primer centro femenino anarquista que existió en Argentina. A finales de ese mismo año tuvo una participación destacada en la resistencia de la huelga de inquilinos, organizada y promovida por la F.O.R.A en reclamo de la rebaja de alquileres.
Huelga de Inquilinos
En aquellos días Buenos Aires se encontraba convulsionado y la agitación del pueblo levantado en huelga llevó al triunfo. Finalizado ese movimiento la represión por parte de las autoridades se hizo sentir de inmediato, aplicando la Ley de Residencia que expulsó a varios dirigentes anarquistas por su condición de extranjeros. Juana, considerada un elemento peligroso, es deportada a Europa.
En 1909 retornó al Río de la Plata instalándose en Montevideo. Ese mismo año fue cofundadora y directora del periódico anarquista “La Nueva Senda”. Fue oradora del mitin organizado en repudio al fusilamiento del pedagogo español Francisco Ferrer y por ese motivo fue perseguida. Logró fugarse de su domicilio vestida con ropa masculina burlando a la policía que montaba guardia para capturarla. Días después en el Diario “El Día” publicaron unos versos en honor a Juana:
“Es cosa que desconsuela, ver que se vuela la Buela con tanta descortesía que es como si en este día le arrancaran una muela…o dos a la policía». Lasso de la Vega, Leoncio
En 1910, instalada en Argentina, Juana tomó parte activa en la huelga general declarada por la F. O. R. A en el Centenario Argentino. Una vez más fue detenida y extraditada a Montevideo. Allí permaneció casi un año en prisión y recuperó su libertad bajo fianza.
En 1917 regresó a Buenos Aires y formó parte de las huelgas que se sucedían constantemente alcanzando su máxima expresión en la “Semana Trágica”. Para esos momentos empiezó a ser reconocida como dirigente sindical, oradora, escritora y feminista.
En 1921 fundó el “Centro de Estudios Sociales Argentino” junto con otras mujeres. En ese espacio se debatían cuestiones de la vida pública y privada de las mujeres. El Golpe de Estado de 1930 replegó a la militancia en su conjunto. Se reactivó la movilización en el marco internacional de la Guerra Civil Española (1936-1939) y Juana reapareció organizando junto con otras mujeres formas alternativas de ayuda a la causa republicana.
En 1964 publicó su autobiografía: “Historia de un ideal vivido por una mujer”.
Catalina Fuentes